Estado actual del proyecto: 

WIP. El montaje está casi cerrado, con la posibilidad de regrabar un par de escenas en enero. Falta la postproducción (correcto trato del negativo, color, sonido y créditos).

Necesidades / Objetivos:

Nuestro principal objetivo es conseguir una distribuidora y un agente de ventas internacional que se adecúe al tipo de proyecto y su mercado, así como dar a conocer la película a festivales de clase A, tanto nacionales como internacionales.

Sinopsis:

Una joven huye con un claro objetivo: cruzar la frontera. Cuando llega al último pueblo del valle no puede hacer nada más que esperar. Poco a poco los días se van convirtiendo  en noches y las noches en días. Suspendida en un tiempo imposible y en un espacio desconocido, cada vez le será más difícil dejar atrás ese lugar.

Nota de intención:

Negu Hurbilak nace por la necesidad de hablar sobre el peso del silencio.

El final del conflicto armado vasco coincide con la infancia de dos de nosotros, los nacidos en el País Vasco. Entonces, había temas sobre los que no se podía hablar. Una herida abierta que con el simple hecho de ser mencionada se hacía más grande. Al principio, para los otros dos directores, los que no habíamos nacido en el País Vasco, el latido de este sentimiento era remoto y lejano. Pero compartiendo nuestro día a día fuimos desarrollando un profundo interés por las historias que nos contaban. Poco a poco, fuimos comprendiendo las contradicciones que la gente había vivido durante el conflicto.

No empezamos este viaje para encontrar respuestas o certezas. Lo hicimos para explorar las sombras y el peso del silencio que nos ha marcado como generación. Y para encontrarnos a nosotros mismos en estas ruinas del conflicto vasco.

Biografía de los directores:

Nos conocimos hace cuatro años en ESCAC, donde fuimos construyendo un colectivo que compartía puntos de vista a la hora de abordar nuestras creaciones.

Erroitz puso la piedra inicial de un camino de creación y de complicidad. Trabajamos juntos por primera vez en Euskal Herria y empezamos a asentar las bases de lo que hoy somos. Después vino Uhara, un cortometraje rodado en 16 mm también en Euskal Herria y que habla sobre la juventud.

Después trabajamos en algunas creaciones que giraron en torno a la realidad catalana, como A rabassa morta, también en 16mm. Ahora, con el  colectivo más fuerte que nunca, seguimos sumando ganas y pasión para continuar construyendo y creando proyectos auténticos.