LUIS (SOTO) MUÑOZ: «LA MEMORIA, A VECES CONECTA Y A VECES NO. QUERÍAMOS QUE NUESTRA PELÍCULA FUERA LA RECONSTRUCCIÓN DE UN RECUERDO. LA MIRADA HACIA ATRÁS ERA IMPRESCINDIBLE PARA HABLAR DE LA MEMORIA DE PACO ARIZA»

Hay un blanco y negro hipnótico que cubre la montaña de Baena, en Córdoba. Una introducción con la voz de alguien a quien aún no conocemos declamando versos de una vida, unos niños corriendo, el inicio de un Semana Santa. En ese punto, la narración y la no ficción se presentan, nos hablan, se manifiestan a través de las palabras y se revelan en unos títulos iniciales que serán difíciles de olvidar para todo aquel que los vea.

Los restos del pasar de Alfredo Picazo y Luis (Soto) Muñoz

Los restos del pasar, como indican sus directores, «parte de una propuesta a la que poco a poco se le fueron sumando elementos hasta que apareció la figura de Paco Ariza para cambiarlo todo y darle sentido a lo que queríamos contar». Y así fue, con el pintor baenense aparecen los recuerdos del color y la mirada de la infancia hacia la fascinación por una Semana Santa, sin tiempo, rodada con un formalismo estético que recuerda a Ladislao Vajda y a Chris Marker. Así, la estructura emocional de Los restos del pasar se transforma en una carta de alguien hacia uno mismo; un lienzo tapado, una saeta a las manos de nuestros antecesores, un reflejo de lo perdurable.

Alfredo Picazo, codirector de Los restos del pasar

«No podíamos rodar en bobina, pero intentamos que el digital se pareciera lo más posible a la bobina».

Tras pasar por el SEMILLERU Lab, el pasado 2022, Los restos del pasar se llevó el Premio MECAS y ha representado a España en la sección Cannes Docs dentro del Marché du Film del Festival de Cannes 2023. Su estreno mundial ha tenido lugar en el 61FICX.

Paco Ariza, recientemente fallecido, nunca llegó a ver la película. En boca de los propios directores: «Tal vez, él no hubiera querido verla. Era una persona introvertida, diferente, no necesitaba mucho y tenía escondidos algunos de sus cuadros. Para él lo importante era creer en uno mismo. Esta película nunca hubiera sido la misma sin él». 

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